Caso clínico

Transferencia de articulación vascularizada de segundo dedo de pie a la mano

Un paciente masculino de 30 años de edad consulta con una secuela de una fractura luxación a nivel de la interfalángica proximal del dedo meñique izquierdo (no dominante).

Diagnóstico

Las secuelas postraumáticas de las articulaciones de los dedos producen una marcada incapacidad funcional en la mano cuando afectan tanto a la articulación metacarpofalángica como a la interfalángica proximal. Sin embargo, la reconstrucción de estas articulación implica un desafío terapéutico.

Las opciones clásicas actuales incluyen la amputación, la artrodesis, la artroplastia y la transferencia vascularizada de una articulación del dedo del pie.

Aunque todas estas opciones han mostrado buen manejo del dolor, solo la transferencia vascularizada ha mostrado ser una opción viable para mantener la movilidad a largo plazo.

Al examen se objetiva una pérdida completa de la movilidad articular con dolor que se presenta en la actividad.

En la radiografías se observa degeneración e incongruencia articular.

Tratamiento

Debido a la edad y la demanda funcional del paciente se indicó una transferencia articular vascularizada del segundo dedo del pie.

Las imágenes muestran la planificación de los abordajes quirúrgicos en la mano. En el dorso del dedo, a nivel de la articulación IFP para realizar el procedimiento de la transferencia articular. A nivel dorsal de la mano, para la sutura de la vena con una vena del dorso de la mano y a nivel volar, para la sutura de la arteria.

En el pie, la planificación se realiza diseñando una isla cutánea para monitorización postoperatoria de la vascularización. Se traza también el trayecto de las venas que serán incluidas.

Durante la resección en bloque de la articulación IFP por el abordaje dorsal se respetan las bandeletas laterales del aparato extensor con el objetivo de respetar la extensión de la articulación IFD. En el abordaje volar se identifica la arteria digital común y la arteria digital cubital del dedo meñique.

La disección del pie se comienza de distal a proximal para identificación de la vascularización predominante, dorsal o plantar.

Una vez realizadas las osteotomías a nivel de la primera y segunda falanges el bloque articular se levanta con su arteria y vena.

El posicionamiento y fijación de la articulación debe hacerse con estricto control de la alineación, principalmente en el eje rotacional. El cierre cutáneo no debe provocar compresión vascular. Si ese fuere el caso un injerto de piel puede utilizarse para dar cobertura como se observa en la imagen.

Resultados

El resultado funcional del paciente es satisfactorio tanto desde la movilidad recuperada como de la ausencia de dolor en la actividad.

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