Las fracturas de muñeca son las lesiones óseas más frecuentes del miembro superior. Aunque existe controversia sobre el mejor tratamiento de estas lesiones sobre todo en pacientes mayores de 65 años, la falta de un tratamiento adecuado puede llevar a secuelas como dolor, deformidad y pérdida funcional.
Una mujer de 61 años consultó a los tres meses de haber sido tratada quirúrgicamente de una fractura de muñeca izquierda. La paciente presentaba no solo deformidad y limitación de la movilidad de la muñeca, sino además tenía falta de la flexión (doblar) del pulgar.
Las radiografías de la izquierda muestran la fractura que sufrió la paciente. En las radiografías de la derecha se puede ver el tratamiento que se le realizó, donde se evidencia una falta de corrección de la fractura. Esto genera que la placa con tornillos, al estar separada del hueso, produzca la lesión de los tendones flexores.
La evaluación de la movilidad preoperatoria evidenciaba una pérdida de movilidad del 30% con respecto al lado sano en el eje de flexión y extensión de la muñeca principalmente. La paciente sufría, además, dolor a la rotación (pronación y supinación) del antebrazo.
Las radiografías postoperatorias muestran la corrección de la deformidad ósea y la fijación con placa y tornillos para que el hueso pueda consolidarse en buena posición. Esta corrección se logró mediante la osteotomía (refractura) del hueso.
Las imágenes inferiores muestran la recuperación postoperatoria de la pérdida de la movilidad que presentaba la paciente en el preoperatorio (imágenes superiores).
Se observa la recuperación de la función de flexión del pulgar después de realizar la reconstrucción de su tendón flexor con un injerto.
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